El Libro segundo del espejo del perfecto príncipe cristiano es la segunda parte del «Tratado de Educación de Príncipes» que escribió Francisco de Monzón, quien fue protegido de la emperatriz Isabel (esposa de Carlos V), catedrático de Teología en la Universidad de Coímbra y capellán y predicador del rey Juan III de Portugal y de su nieto Sebastián I.
Esta obra, datada en torno a 1544 e inédita hasta la actualidad, ha llegado hasta nosotros gracias a la conservación de un manuscrito custodiado en el Arquivo Nacional da Torre do Tombo de Lisboa, cuya existencia fue revelada en 1991 por la profesora de la Universidade do Porto, Maria de Lurdes Correia Fernandes.
Partiendo del único testimonio conocido del Libro segundo y conforme a unos criterios editoriales que nos parecieron los más adecuados por aunar el respeto a la fidelidad que merece un manuscrito y a la vez el intento de acercar al público de hoy su lectura, esta tesis doctoral edita el Libro segundo acompañado de numerosas notas filológicas y textuales.
El estudio preliminar que precede a la obra pretende:
- ayudar a contextualizar el tratado, situándolo en el conjunto de la producción de Francisco de Monzón y en la tradición genérica de los «Espejos de príncipes»;
- ofrecer un análisis previo pormenorizado de los diferentes aspectos del texto: el manuscrito, la estructura, las ideas, la lengua, el estilo y la erudición;
- y aportar una posible respuesta a la pregunta de por qué esta obra ha permanecido inédita hasta la actualidad.
Para la comprensión final del Libro primero del espejo del príncipe cristiano, el libro más conocido de Francisco de Monzón, editado dos veces ya en vida de su autor (en 1544 y 1571), necesitamos del Libro segundo, ya que en él se aglutinan los argumentos de carácter político que no habían sido tratados en la primera parte, que suponen uno de los ejes temáticos tradicionalmente tratados en los «Espejos de Príncipes» desde que Egidio Romano aplicó a su De Regimine principum las divisiones de la tratadística aristotélica. Así pues, el Libro primero y el Libro segundo del espejo del perfecto príncipe cristiano forman una única obra, uno de los escasos «Tratado de Educación de Príncipes» ibéricos humanistas, en el que encontramos una visión ideal de la educación del príncipe ausente de desconfianzas, una visión que es imposible de hallar en la tratadística posterior debido a los cambios que se produjeron en el contexto político, social e ideológico a mediados del siglo XVI.
El Libro segundo tiene, además, el interés de abrirnos las puertas al conocimiento de la sociedad de su época, dado que este «Espejos de Príncipes» posee la particularidad de tratar no sólo de la figura del monarca, sino también de cómo conviene que sean los demás miembros de la república, pues el príncipe debe velar por la virtud y perfección de todos y cada uno de sus súbditos, que a través del desempeño de sus oficios o cargos se hacen indispensables para el correcto funcionamiento de la perfecta república.