Autor:
Ronaldo Marco Deligdisch
Editorial/Institución editora:
Amazon
Ciudad:
Viena
País:
Austria
Año:
2025
Tipo de publicación:
Libros
Descripción:
No podemos hablar de soledades o soledad como una experiencia única o homogénea. Existen tantas formas de soledad como personas que la experimentan. Si bien no es condición estar solo para sentir soledad, no toda persona que se encuentra sola necesariamente la experimenta.
La soledad, por tanto, no es exclusivamente una cuestión de aislamiento físico, sino una vivencia subjetiva que puede darse incluso en contextos de cercanía social.
En la actualidad, fenómenos como el aislamiento social, el anonimato y la falta de vínculos significativos son características propias del entorno urbano moderno.
La ciudad, a diferencia de los vínculos tradicionales basados en el parentesco y la comunidad, se ha configurado como un espacio muchas veces hostil, donde predomina la desconexión y tendencia a la soledad.
En este contexto, la soledad puede adquirir formas sutiles de sufrimiento, a veces infligidas por el propio sujeto, como una suerte de auto infringida forma de tortura emocional.
Como seres humanos, somos inherentemente sociales. No vivimos —ni podemos vivir— completamente aislados: nuestras conductas, pensamientos y emociones se construyen en relación con los otros.
Es en la interacción cotidiana donde se configura la sociedad como una red dinámica de relaciones sociales.
Podemos hablar de una relación social cuando existe entre los individuos una expectativa mutua en relación con la conducta del otro. La interacción social, por tanto, no es solo el intercambio de palabras o acciones, sino un proceso simbólico donde se negocian identidades, roles y significados.
Las sociedad y soledades se constituye como una constelación de relaciones que se entretejen a partir de estas expectativas compartidas.
La soledad, por tanto, no es exclusivamente una cuestión de aislamiento físico, sino una vivencia subjetiva que puede darse incluso en contextos de cercanía social.
En la actualidad, fenómenos como el aislamiento social, el anonimato y la falta de vínculos significativos son características propias del entorno urbano moderno.
La ciudad, a diferencia de los vínculos tradicionales basados en el parentesco y la comunidad, se ha configurado como un espacio muchas veces hostil, donde predomina la desconexión y tendencia a la soledad.
En este contexto, la soledad puede adquirir formas sutiles de sufrimiento, a veces infligidas por el propio sujeto, como una suerte de auto infringida forma de tortura emocional.
Como seres humanos, somos inherentemente sociales. No vivimos —ni podemos vivir— completamente aislados: nuestras conductas, pensamientos y emociones se construyen en relación con los otros.
Es en la interacción cotidiana donde se configura la sociedad como una red dinámica de relaciones sociales.
Podemos hablar de una relación social cuando existe entre los individuos una expectativa mutua en relación con la conducta del otro. La interacción social, por tanto, no es solo el intercambio de palabras o acciones, sino un proceso simbólico donde se negocian identidades, roles y significados.
Las sociedad y soledades se constituye como una constelación de relaciones que se entretejen a partir de estas expectativas compartidas.
Fecha de publicación:
Viernes, 11 julio, 2025