Bihotz ahotz / Con la voz del corazón

Este volumen colectivo, a cargo de Irantzu Epelde Zendoia y Oroitz Jauregi Nazabal y dedicado a la filóloga Miren Lourdes Oñederra, aborda el carácter afectivo de la lengua que transmiten sus entonaciones y sonidos, la cercanía, el calor, el frío o la distancia, que se podrían percibir al hablar, indirectamente, no en palabras, ni acorde con la gramática, pues los sonidos están más allá del conocimiento. Se parte de que los gramáticos, escritores, maestros, reguladores, quizás han pasado por alto la pronunciación, como si se tratase de la parte externa de la lengua, algo que se puede deshechar. Este trabajo, en sus distintos artículos da cuenta de un hecho de vital importancia a la hora de abordar los estudios de la lengua, no como repertorio de signos y de reglas gramaticales, sino como actos de habla en los que la entonación, la voz y la pronunciación, incluso la gestualidad, apelan a la respuesta del otro creando un clima de comunicación. No cabe duda de que la pronunciación, que es única entre los componentes lingüísticos, como se sugiere, no se puede regular como vocabulario o gramática, ni se puede aprender. La pronunciación no es memoria, no es simple pensamiento, como la gramática o los nombres de las cosas. Los artículos incluidos abordan este aspecto en distintas lenguas, sin dejar de lado las indígenas americanas, como el muinane, el wayuunaiki o el cubeo, en Colombia.

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