Los originales franceses se reescribieron repetidamente de muchas maneras, en un proceso de recreación que los transformó alterándolos profundamente en sus dimensiones estética e ideológica, a la vez que amplió su recepción. La prosificación y la ciclificación de la materia favoreció que los temas y las formas originarias se difundieran por toda Europa. Y esa traslación conllevó muchas veces un traslado lingüístico, que fue objeto, muchas veces
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