La tesis reconstruye el itinerario biográfico, intelectual y político de José Ortega y Gasset entre la Guerra civil y la Segunda Guerra Mundial, demostrando que sus diez años de exilio están marcados por su tentación de colaborar oficiosamente con el régimen franquista, aunque el filósofo quiere conservar su independencia.
Ortega adopta así lo que concibe come una actitud de «responsabilidad intelectual», y mantiene un silencio político de fachada, salpicado posiciones anticomunistas. Con la actividad desarrollada en los medios que dispone, como cursos, conferencias, publicaciones, actividad de editor, etc., pregona un nuevo liberalismo destinado a rectificar los desvíos de la democracia. Pero se resigna a aceptar una forma de autoritarismo, aunque se esfuerze, desde su filosofía racional-vitalista por criticar los totalitarismos.
En 1946, creyendo poder participar en la apertura del régimen franquista, vuelve a España. Pero su mensaje no podía ser entendido en un régimen nacional-católico: la intrumentalización política de su conferencia en el Ateneo de Madrid le obliga a constatar el fracaso de una estrategia paradójica, que se puede calificar de colaboración disidente.
